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DAPP Pulgas: ¿sabes qué es?

perro y gato

Una de las causas más comunes de comezón y problemas en la piel de perros y gatos se debe a la pulga. Este molesto insecto no solo pica, desesperando a tu mascota, sino que, además, su saliva puede desatar una reacción alérgica capaz de arruinar su brillante pelaje.

La dermatitis alérgica a la picadura de la pulga (DAPP) es uno de los problemas dermatológicos más comunes en perros y gatos, y como su propio nombre indica, la culpable es la pulga. La DAPP puede hacer que la vida de tu mascota se vuelva un verdadero martirio. Aquí te contamos cómo identificarla, qué tratamientos hay y cómo prevenirla.

Una picadura es más que suficiente

Las reacciones alérgicas se producen cuando el sistema inmune de un organismo reacciona de manera excesiva. Algunas mascotas que sufren DAPP desarrollan lesiones en todo el cuerpo y no pueden dejar de rascarse. Cuando el veterinario emite un diagnóstico de esta enfermedad, muchos propietarios se extrañan: «¡Pero si no tiene pulgas!». Pero lo que no suelen saber es que basta con una diminuta picadura para afectar a todo el animal.

Cuando la pulga adulta se alimenta de la sangre de tu mascota, hace una pequeñísima incisión con su boca en su piel y luego inyecta una dosis de saliva. La saliva de la pulga contiene algunas sustancias que pueden ser poderosos alérgenos. Aunque que no todos los perros y gatos tendrán una reacción alérgica, los que sí la tengan sufrirán una disminución importante en su calidad de vida.

Cómo se manifiesta la DAPP

La primera pista que te ayudará a detectar esta dermatitis es el comportamiento. Si tu mascota se rasca mucho, se lame o acicala más de lo normal, podría padecer un caso leve de DAPP. Muchos animales se muestran incómodos, no se pueden estar quietos, y comienzan a restregarse o morderse la piel. En los casos más severos, pueden incluso provocarse lesiones importantes.

 

gatos rascandose
Es normal que perros y gatos se rasquen y se acicalen. Pero, cuando no dejan de hacerlo y están inquietos, la culpable puede haber sido una sola pulga.

La segunda pista te la ofrece la piel. En el caso de los perros, cuando la DAPP comienza, podrás percibir un enrojecimiento generalizado o, incluso, pequeños granitos rojos en la zona conocida como el triángulo de las pulgas: abdomen, región lumbar, base de la cola y la entrepierna. Conforme avanza la enfermedad, verás que su pelaje se deteriora; se mancha de tanto lamerse y rascarse, y termina por caerse (alopecia). También podrás observar que las zonas inflamadas desprenden escamas y costras. En casos crónicos, la piel se engrosa y se oscurece. En el caso de los gatos, las lesiones son más frecuentes en cabeza, cuello y región lumbar.

La tercera pista es el clima: la DAPP es más frecuente en las estaciones más cálidas, esto es, en primavera y verano.

zonas donde se manifiesta el DAPP
La distribución de la DAPP en el cuerpo del animal es bastante característica. En perros, se presenta en el triángulo de la pulga (o zona del «pantalón»). En gatos, las lesiones más severas suelen aparecer en cara y cuello.

Tu veterinario puede diagnosticar la DAPP principalmente a través de los síntomas. Es importante ceñirse al tratamiento, y adoptar medidas de control y prevención. A veces, al no ver muchas pulgas, resulta difícil creer que causen un problema tan grande. Pero recuerda: ¡una sola picadura basta para provocar esta alergia!  

Mi mascota tiene DAPP, ¿ahora qué hago?

La base de cualquier tratamiento para la DAPP es el control de las pulgas. Dado que estos insectos pasan la mayor parte de su ciclo vital en el entorno y no sobre tu mascota, la limpieza, el aspirado y la desinfección frecuentes resultan fundamentales. En infestaciones severas, puede ser necesario fumigar y aplicar una molécula IGR en tu hogar. En estos casos, conviene acudir a un experto en plagas.

Como propietarios de perros o gatos, lo mejor que podemos hacer es evitar la picadura de la pulga mediante la aplicación regular de tratamientos spot-on. Dynacan, por ejemplo, contiene metopreno, un poderoso IGR que evita el desarrollo de las formas inmaduras. Este producto también elimina las pulgas adultas que viven sobre tu mascota en un plazo de tan solo 24 horas. Se trata de una efectiva y rápida solución al problema de la DAPP. Para una protección completa, puedes usarlos junto con un collar antiparasitario.  Pero, ¡ojo!, porque algunos no son apropiados para gatos; si tienes dudas, consulta a tu veterinario.

En muchos casos de DAPP, es necesario aliviar la dermatitis, para lo cual tu veterinario podría recetar un corticosteroide, como la prednisona. Estos fármacos funcionan como por arte de magia: en un abrir y cerrar de ojos, eliminan sus síntomas. Eso sí, nunca deben usarse como único tratamiento, ya que tienen efectos secundarios importantes, sobre todo con un uso prolongado. La solución definitiva es romper el ciclo de la pulga.

En casos severos, es frecuente que nuestro mejor amigo sufra infecciones secundarias por levaduras o bacterias. Para combatirlas, tu veterinario seguramente recete un antibiótico.

Por otra parte, resulta comprensible que, al ver a nuestra mascota sufrir con la picazón, nuestro primer impulso sea darle un buen baño. Esto alivia algunos de los síntomas de una DAPP moderada. Tu veterinario te puede recomendar champús especiales que ayudan a disminuir el prurito. Pero hay que tener cuidado, ya que el baño excesivo puede resecar la piel, lo que empeora el rascado.

Por último, si bien actualmente existen en el mercado otros tratamientos para la infestación de pulgas y la DAPP , como la desensibilización, los aquí expuestos son los más efectivos.

¡Ya lo sabes! La clave radica en evitar la picadura de la pulga: usa tratamientos spot-on, idealmente combinados con un buen collar antiparasitario, y aplícalos de manera regular, según sus indicaciones.